Montaditos exóticos a 1,5 en Kaña Makan
Entrar en Kaña Makan es impregnarse enseguida de mil y un aromas. Matices que te empujan a sentarse y contemplar la pequeña carta que se sitúa sobre cada mesa. Por su decoración nos puede recordar a una clásica tetería árabe pero actualizada. Con tapices y cómodos sofás y pufs donde sentarse a disfrutar de una velada tranquila con una música relajante que se agradece -nada que ver con esa música alta y el griterío de la gente que acompaña en ocasiones los bares típicos de montaditos-.
Porque Kaña Makan no es un bar de montaditos cualquiera, es un lugar con encanto de precios low cost pero con pequeños aunque contundentes bocados que merece la pena descubrir. Abrieron hace siete años cerca de la Plaza del Cedro, en el número 24 de la calle Explorador Andrés. Rápidamente la calidad y la innovación del producto, con montaditos nunca antes vistos en la ciudad, les empujaron a abrir otro en Ruzafa, en la calle Sueca, 61.
La carta
La joya de la corona son sus montaditos a 1,5 € donde destaca el brillante montadito del Chef, toda una sorpresa que varía según la ocurrencia del cocinero (increible si toca el de berenjena, pimiento, carne y queso). El Picante con crema picante, nueces y aceite de oliva; el de Pollo, con pechuga especiada, queso manchego, tomate, mayonesa y presentado en pan fino; el de Tortilla, una rica y esponjosa tortilla hecha a mano de color oscuro elaborada a base de verduras, tomate, mayonesa y aceite de oliva.
La lista de montaditos es amplia, diferente y original. El de Kufta es toda una experiencia para el paladar con hamburguesa de ternera con perejil y cebolla, acompañada de queso manchego, tomate y mayonesa o el Baga Ganug, de salsa de sésamo, yogurt griego, crema de berenjena asada y aceite de oliva.
En Kaña Makan también hay ensaladas, donde sobresale la de sémola, perejil, limón exprimido y hierbabuena. Platos para compartir como humus o rollitos de gamba al ajillo con queso, kubé de ternera, cebolla y salsa de yogurt, entre otros. O ricos bocadillos a tan solo 5 euros. Una comida a medio camino entre la griega y la turca, con la introducción de elementos de nuestra cocina que hacen de este sitio una apuesta sobre seguro tanto para picar algo por la tarde como cenar con amigo a un muy buen precio.
Atención a las croquetas de ternera con burgul y el impresionante bocadillo Shifa, con carne de ternera -predomina más en la carta que el pollo-, verduras, aceite de oliva y reducción de granada en masa fina. La cosa es fácil, el comensal tacha en la carta lo que quiere, se la acerca al chef y le preparan el pedido que le acercan a la mesa. Un plus de comodidad que es de agradecer. Nuevos sabores y una originalidad que merece la pena degustar más de una vez.